Diario de un Panchakarma 3. Purificación emocional.

Tercera parte: (…viene de Diario de un Panchakarma 2, días de Ghee)

Logrando el objetivo del Panchakarma, la purificación emocional.

..Para los que no nos gusta el sabor ni el olor del ghee el truco para tomarlo es hacerlo sin respirar por la nariz. Me introduce el líquido oleoso en la boca y lo tragué sin dificultad. Permanecía más de diez minutos únicamente respirando por la boca. De esta forma cuando volví a inhalar con la nariz, el sabor del ghee estaba lo suficientemente diluido como para evitarme las arcadas.

Aún así me provocó cierta nausea. Nos sugirieron que después de la toma diéramos un paseo corto. Y como quería hacer las cosas bien, cogí mi cámara y me dispuse a disfrutar de los alrededores.

Estábamos en medio de la selva. Solamente podíamos andar por los caminos de tierra. A ambos lados del camino se erigían enormes palmeras que impedían a la vista adentrarse más allá. Era una enorme fortaleza verde. Al lado derecho del camino, por momentos podía ver un río caudaloso, pero según los tramos desaparecía caprichosamente en la espesura.

panchakarma, la purificación emocional

Después de un kilómetro aproximadamente andando me encontré con lugareños trabajando en arrozales. Yo solo había visto estos cultivos en las películas y me encantaron. Los agricultores afanosos de un lado a otro. Con sus pies metidos en el lodazal, cubriéndoles hasta las rodillas. Con el espinazo doblado durante no se sabe cuántas horas al día por un puñado de rupias que les permitía alimentarse y vivir en chozas en la jungla.

Y allí estaba yo. Desentonando en medio de una rutina que se repetía inalterable durante quizás miles de años. Un español haciendo un panchakarma. Había volado desde la otra parte del mundo. Mientras aquellas personas no viajarían en su vida más de 200 kms a la redonda de donde nacieron. Me sentí extraño.

panchakarma, la purificación emocional

Preparé mi cámara y me dispuse a captar aquel espectáculo. Sin embargo, notaba que cada vez que me paraba a hacer alguna foto y tenía que concentrarme un momento, así como cuando intentas leer un libro en un coche en marcha, se me iba ligeramente la cabeza. Pero no le di más importancia a la sensación de mareo.

Después de un rato volví. Tuve la entrevista diaria con mi doctora y estuvimos hablando de temas personales. Le conté que yo no sufría ninguna enfermedad y que mi objetivo para este proceso de panchakarma era más bien de tipo emocional y espiritual. Lo cual agradó mucho a la doctora y me animó a que observara mis emociones durante los siguientes días. Cuál fue mi sorpresa que al salir de allí, me sentía muy sensitivo. Muy abierto a lo que el entorno me ofrecía. Me dejé llevar por la belleza de la vegetación y poco a poco fui buscado cierta intimidad.

Cuando de repente empecé a conectar con imágenes de mi pasado, de hace mucho tiempo, de cuando era niño, y una pena profunda e indefinida me agarró el pecho y me puse a llorar. Caí de rodillas, sin encontrar explicación alguna a mis sentimientos. Me desahogué a gusto y lo que quedó fue una sensación de alivio, y la vez de expectación ante lo que venía por delante. Ahora sentía que el verdadero significado del panchakarma, la purificación emocional había comenzado.

Fotos y texto por: Pedro Arce

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