Cabeza de ratón o cola de león 2: la conducta con los demás
En la práctica del yoga, la relación con los demás es fundamental para nuestro crecimiento espiritual y desarrollo como personas. Aprendemos de la interacción con los otros. Crecemos en la medida en que crece nuestra capacidad para relacionarnos de forma efectiva con otras personas.
No recorremos solos nuestro camino de vida. Por eso, es importante saber desde dónde nos relacionamos cuando caminamos junto a otros ¿lo hacemos desde la honestidad o lo hacemos enfrentando nuestros propios miedos y sufrimiento, con los temores y sufrimientos de otros?
Para la práctica de yoga es necesario regirse por unas reglas que permitan vivir con otras personas desde unos principios éticos que inviten al crecimiento espiritual.
No se puede entender una buena práctica del yoga sin cultivar las relaciones personales desde el respeto y el reconocimiento de la esencia de la otra persona. Muchas veces nos enfocamos en personas o grandes proyectos, alejados de nuestra realidad y entorno inmediato. Pero la mejor manera de brindar un verdadero reconocimiento es empezar por las personas más cercanas, aquellas que la vida ha puesto en nuestro camino para aprender de ellas y desarrollar nuestra capacidad de amar; nuestra capacidad de reconocernos en el otro y compartir ese aprendizaje.
Para el yoga compartir con otra persona es hacerlo desde la aceptación, el apoyo, lejos de la violencia en nuestras acciones, pensamientos y palabras. No buscamos en el otro el reconocimiento de nuestras necesidades y carencias, nos acercamos a las otras personas siendo seres completos, honestos, actuando desde la entrega y el desapego.
Así los yamas (uno de los ocho principios del yoga) promueven que para vivir en sociedad seamos ratones honestos, y huyamos de la soberbia del león.
En el mundo de los ratones crecemos desde la entrega y generosidad en nuestro entorno inmediato. En nuestra humilde ratonera, nos multiplicamos desde el corazón de las pequeñas cosas, sin apego. En el mundo de los leones, la lucha es la supervivencia frente al otro para liderar la manada.
Sigamos las recomendaciones de los yamas y seamos ratones. Convirtamos con nuestra práctica diaria el mundo de los leones en un mundo construido con desapego, generosidad y respeto a nuestra esencia y la esencia del otro.
Equipo AIYA
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