Origen y beneficios de la nutrición sensorial
La Nutrición Sensorial es una excelente herramienta de autoconocimiento del medio interno y externo.
Este estilo de nutrición es intuitiva y es algo que desde nuestros orígenes siempre hemos utilizado, dejándonos guiar por nuestros cinco sentidos, para saber si lo que comemos es realmente lo adecuado para nosotros.
Hoy en día estamos más desconectados de nuestros sentidos por ello se ha puesto de moda este estilo de nutrición que nos acerca a la observación de lo que vamos a comer.
El olfato
El olor nos da una información clave del alimento y es una parte que nos alimenta y sana. De ahí es donde surge la aromaterapia, donde descubrimos que diferentes olores nos generan diferentes sensaciones, emociones y vivencias.
En la alimentación podemos oler el alimento fresco pero luego en la comida podemos añadirle diferentes especias para aromatizar; al igual que en un buen vino primero se huele para sacar sus matices, nosotros podemos oler nuestro plato y beneficiarnos de ello dándole a nuestro organismo una primera información de lo que pasará antes de formar parte de nosotros.
El sentido del olfato es importante a la hora de comer porque ayuda a preparar los jugos gástricos que después participan en la digestión de los alimentos y también porque el olor de un alimento puede indicar que éste o no está en buen estado.
También puede abrirte el apetito aunque no tengas hambre o, por lo contario, darte rechazo si te desagrada.
Hay olores que nos recuerdan comidas de otra época, aquél guiso tan rico de la abuela o aquél otro que no nos gustaba nada.
¿Sabías que el ser humano es capaz de distinguir unos 20.000 olores diferentes?
Cada uno de ellos con 10 o más grados distintos de intensidad. La concentración de todos los aromas del plato, es lo que el comensal huele cuando tiene el plato delante, es decir, la armonía del plato. Éste, es unos de los sentidos menos utilizados en gastronomía, ya que no estamos acostumbrados a oler los platos cuando llegan a la mesa, ya que resulta poco adecuado en reuniones sociales.
Pero te aconsejamos que empieces a usar el olfato más a menudo y disfrutar aún más de tu alimentación.
El Gusto
El sentido del gusto es el que más nos permite disfrutar de los alimentos que tomamos.
Se localiza en la boca y principio de la faringe, y se estimula a partir de partículas que caracterizan los sabores disueltas en la saliva. En general existen cinco sensaciones primarias:
- Ácido
- Dulce
- Salado
- Amargo
- Picante
En realidad, una persona puede percibir cientos o miles de gustos diferentes y todos ellos son combinaciones de las cinco sensaciones primarias. El verdadero gusto de los alimentos se detecta en los sensores específicos que se encuentran en la lengua “las papilas gustativas”. El ser humano posee cerca de 10.000 de estas papilas.
Para que se abran los matices de sabor de nuestra comida tendremos que centrarnos en la masticación del alimento para que todos sus sabores se expandan y sus nutrientes sean mejor digeridos.
Los sabores generan diferentes conexiones con nuestro organismo y cerebro.
Los matices del gusto, nos abren al conocimiento de los diferentes sabores o rasas en el Ayurveda, tan importantes para esta medicina que nos aconseja que los 5 sabores (ácido, salado, amargo, picante y dulce) estén presente en nuestra comida para así garantizar una nutrición equilibrada para todo nuestro organismo.
Mantén tu boca limpia para disfrutar aún más.
Por la mañana nada más despertar limpiarse la boca o hacer el oil pulling. Es una técnica ancestral de la medicina Ayurveda que se usaba para ayudar en procesos de sanación.
Este método consiste en coger aceite de coco o aceite vegetal y enjuagar tu boca por unos 10 a 20 minutos para arrastrar las todas sus bacterias. Recuerda, al final de proceso, de escupir en la basura para no contaminar las aguas. Por último enjuágate con agua tibia para quitar los restos.
También podemos realizar una buena limpieza de lengua con un raspador de cobre o con una cuchara de café raspándola para quitar esa capa blanquecina.
Cuando la lengua está limpia está más activa y tiene las papilas gustativas más perceptivas. Todos los sabores se sienten en su máxima expresión, no necesitaremos tanto condimento, ni tanta sal, ni azúcar. Identificaras y recibirás la información del alimento con todo su sabor.
La Vista
Tengamos o no hambre, la vista juega un papel muy importante a la hora de sentarnos frente a una mesa repleta de comida. La frase “comer por los ojos” resume perfectamente lo que vamos a contaros.
El Instituto Max Planck ha llevado a cabo un estudio sobre este tema y la conclusión, según los investigadores, es que es suficiente con que veamos un plato de comida que tenga un aspecto delicioso para que nuestra voracidad se estimule.
La visión de la comida hace que aumente nuestra concentración de sangre de la hormona grelina (conocida como la hormona del hambre), responsable de que sintamos hambre.
Una consecuencia peligrosa de “comer con los ojos” es que la exposición a imágenes apetitosas a la que estamos sometidos a través de la televisión, revistas, o Internet, puede llevarnos a comer más de lo que nuestro cuerpo necesita para mantenerse sano.
El aspecto, el color la estética del plato también nos nutre.
Del punto de vista de los Chakras también se ha visto y comprobado que según el color que tenga el alimento, nutrirá en mayor medida uno de ellos o un órgano.
La vista capta los colores, las formas, la cantidad, la presentación, el modo de preparación… y si lo que percibes te resulta agradable es más probable que lo tomes.
Pero también es importante lo que estás viendo mientras comes. Si estás viendo imágenes, noticias desagradables, esta claro que lo que ves afectara a tu digestión; por eso es importante que a la hora de comer te centres en ese momento observando lo que comes, su cantidad su color y experimenta el saciar tu visión con lo que comes en el momento. Obsérvalo y se consciente. Eso que estas comiendo será parte de ti
El Tacto
Cuando hablamos de la textura de los alimentos, nos referimos a aquellas propiedades capaces de ser percibidas y que incluyen sensaciones como la aspereza, la suavidad, la granulosidad, la dureza, la viscosidad, la humedad, la elasticidad, lo crujiente… Esta textura viene determinada por el contenido de agua y grasa, así como por las propiedades de algunas proteínas, fibras o almidones, entre otros componentes del alimento.
La textura también es una manera que tiene el alimento de darnos información. No es igual el tacto de una comida cruda, guisada, batida o en líquido. La información que recibimos es diferente en cada una de ellas y su sabor modificado en el proceso del cocinado.
El sentido del tacto del alimento lo percibimos fundamentalmente por la boca. Es el que nos indica la textura y temperatura de los alimentos que ingerimos. Si no fuera por él, ¡cuantas veces nos quemaríamos! Por otro lado, la combinación de diferentes temperaturas en un mismo plato hace que percibamos varias sensaciones a la vez.
También percibimos la textura de muchos alimentos por el contacto con la piel de las manos. Por ejemplo, una manzana o un melocotón.
Las diferentes texturas en nuestro plato nos abren a disfrutar aún más de este sentido.
El Oído
Aunque parezca sorprendente el sonido de la masticación de cada alimento también nos afecta.
¿Quién lo diría, verdad? Y no, no es porque nos entre hambre cuando oímos hablar de comida. El oído participa, aunque en menor medida que el resto de sentidos, aportando información cuando comemos alimentos o productos crujientes.
Hay expertos que aseguran que a cada plato, a cada alimento se le puede aconsejar una melodía, ya que está comprobado que el ambiente influye en como percibimos los sabores.
También una buena conversación o una escucha de tu interior mientras comes, pueden ayudarte a tener una mejor relación con tu nutrición.
Todos nuestros sentidos llegan directamente a nuestro cerebro por eso tenemos que ser conscientes de ellos a la hora de elegir bien nuestros alimentos.
Somos lo que comemos, pero también lo que vemos, lo que olemos, con lo que nos relacionamos, la música que escuchamos, nuestro tono de voz, las conversaciones enriquecedoras…
Utilizando con más consciencia nuestros sentidos podremos armonizar cada día más nuestro organismo.
Empieza a Sentir y a Ser la mejor versión de ti.
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