Flores acorazadas «Nevermore»
Mi frigorífico llevaba unos días muy primaveral, con unas alcachofas que compre días atrás, cuando aun hacia un calor ingobernable y solo era capaz de alimentarme a base de batidos y gazpachos. Una opción para comer que no precisa encender el gas y achicharrarse en la cocina. Hoy, aunque hace mas fresquito me decidí a hacer un gazpacho con las alcachofas. Unas flores que tienen un punto algo tétrico y que son ideales para encontrar de atrezo en una peli de Tim Burton.
Eleanora es una novia de ojos tristes y pelo negro. Su pelo suelto y largo es tan denso, que en la noche se confunde con criaturas oscuras. Está en su jardín, junto a un árbol frutal seco y sórdido leyendo un poema de Edgar Allan Poe, » The Raven». Sentada sobre el suelo embarrado, su piel blanquecina se cristaliza y quiebra con las lagrimas heladas que salen desde su corazón. Eleanora, que ya no tiene calor en su pecho lleva un vestido blanco de tules sucios y enganchados , a su lado dejó un ramo de alcachofas rojas con espinas del que colgaban ramitas de romero. Todo ello en una noche de luna nueva acompañada por un cuervo y muchas nubes oscuras en movimiento. Podemos poner al cuervo graznando y sobrevolando la sombra de la triste novia. El novio, sabemos que no vendrá «Nunca mas», como «Nunca mas» saldrá Eleanora de la sombra de la soledad.
Para la tribu indígena de los Haida en Canadá, el cuervo simboliza la creación del hombre. Según la leyenda, nuestro amigo vio a unas criaturas masculinas atrapadas en una almeja y aburrido decidió presentarles a unas criaturas femeninas que habitaban en otro molusco diferente. La que se preparó entre criaturas y moluscos, bien podría ser una pintura de El Bosco anexa a » El jardín de las delicias». Desde entonces el graznido del cuervo, vibra con el sonido de la tentación y el placer sexual. Un embaucador y una celestina a la vez, nuestro cuervo.
Para los Nativos indios de norteamérica, el cuervo fue el ser que entrego el Sol a la humanidad, no me digáis que no es bonito para un casamiento, en el que te entregan la luz que da la vida.
Volviendo a las alcachofas, son flores muy espirituales que bien tienen una relación simbólica con los cuervos. Si has observado una alcachofa o incluso si la has cocinado, habrás visto que lo único comestible es su corazón interno. Un corazón tierno y vulnerable, que se deshace en la boca protegido por capas y capas de pétalos ásperos y endurecidos que acabas escupiendo como si comieses alfileres. Me recuerda a Bestia en el cuento de La bella y la bestia.
Tanto la alcachofa como el cuervo, manifiestan la esencia divina de nuestro ser escondido. Una flor fea y un animal oscuro, que esconden relatos y vibraciones llenos de magia y corazones suaves y blanditos. Un truco, tatúate un cuervo con tinta negra y alas desplegadas, a la vez que tomas un gazpacho verdoso y frio de alcachofas con picatostes de corazones rojos y, Quiérete mucho, mucho, mucho…Mientras, lee el verdadero poema de Poe en tu sofá.
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